Las investigaciones relacionadas con las citas en línea subrayan la importancia de compartir información digitalmente de forma consciente.
Hay un viejo chiste que reza: «En Internet, nadie sabe que eres un perro». Proviene de una viñeta de 1993 en The New Yorker y, aunque Internet tiene un aspecto muy diferente al de entonces, sigue siendo igual de vigente en 2023: Con un par de trucos, puede ser cualquiera en Internet. Y sus citas también.
Probablemente por eso, mucha gente opta ahora por investigar un poco en Internet antes de quedar con alguien en persona. Para saber cómo la gente realiza las búsquedas (especialmente en la era de las citas pospandémicas, cuando no es posible encontrarse en persona en un bar o en cualquier otro sitio), Avast realizó una encuesta global en la que participaron 15 000 personas de Alemania, Argentina, Australia, España, Francia, Indonesia, Japón, México, Reino Unido, República Checa y Rusia.
La encuesta reveló que, en todo el mundo, la mitad de los usuarios de sitios web o aplicaciones de citas han buscado información sobre alguien que
conocieron en estas plataformas. De este grupo, el 30 % encontró algo objetable o no encontró nada en absoluto y decidió no quedar.
Los motivos por los que los usuarios buscan información en Internet varían: quieren saber más sobre su pareja (60 %), comprobar que la persona es real (50 %), verificar lo que su pareja les ha contado sobre sí misma (34 %) y ver cómo interactúa en las redes sociales (26 %).
Curiosamente, la mayoría de las posibles citas o de los fisgones aficionados realizaron búsquedas bastante limitadas. El 72 % se quedó en las redes sociales, como Facebook, Instagram o TikTok, y el 35 % recurrió a los motores de búsqueda. Un número mucho menor (17 %) consultó las redes sociales profesionales (como LinkedIn) o realizó una búsqueda inversa de imágenes en la foto de perfil de su cita potencial (23 %).
En cuanto a las personas que no recurren a la investigación para sus citas, el 18 % dijo que era porque no tenían información ni siquiera para empezar a buscar; el 44 % no lo consideraba necesario; el 35 % prefería conocerse en persona y juzgar a partir de ahí; y el 16 % no lo consideraba ético.
Y, por último, muchas personas que se citan por Internet también se preocupan por su seguridad cuando deciden quedar: el 50 % queda en un
lugar público; el 37 % dice a un ser querido con quién va a quedar (o incluso comparte la ubicación en directo); el 41 % elige un lugar de encuentro conocido; y el 6 % pide a un amigo o familiar que esté en el lugar de la cita a la misma hora.
Buscar o no a una persona antes de una cita es una decisión personal, siempre que se haga respetando su intimidad y limitándose a la información pública disponible en Internet. No es de extrañar que la gente sea curiosa y busque más información antes de la primera cita. Tómese esto como un recordatorio de que todo lo que comparte en Internet es un reflejo de su identidad, y que debe pensárselo bien antes de presentarse en el mundo digital.
En otras palabras, tenga cuidado con lo que comparte en Internet o podría perder una cita.
Independientemente de que decida o no investigar sobre su cita en Internet, es importante recordar que la forma en que nos presentamos en la red, tanto en nuestro comportamiento en las redes sociales como en los resultados de nuestras búsquedas, tiene consecuencias que repercuten más allá del espacio digital. Sea amable, eche un ojo a los resultados de sus búsquedas y concédanse un cierto período de gracia. Porque, ¿no nos lo merecemos todos?