Hoy en día, todo puede conectarse a Internet. Y eso significa dejar tu seguridad y privacidad abierta.
"Alexa, enciende la sala".
Desde el año pasado comencé a crear mi hogar inteligente de todas las formas posibles aprovechando la comodidad y funciones que los dispositivos IoT ofrecen. Primero adquirí un Amazon Echo Dot (Alexa) y cuando me di cuenta que podía conectar mi Samsung Smart Tv, comenzó esta obsesión de la cual no sé cómo parar.
Necesitaba sacarle provecho a mi Alexa y tener una Smart Tv conectada no era suficiente. Así que, naturalmente, fui al sitio de Amazon y comencé a comprar todo lo que tenía frente a mis ojos para construir mi hogar inteligente: plugs, focos, apagadores, todo. Una cosa llevaba a la otra.
En ese entonces, también diciembre, me di cuenta de la facilidad con la que casi todo podía hacerse inteligente y controlarse con un sólo comando de voz.
"Alexa, enciende el árbol de Navidad".
Claramente no adquirí un árbol de Navidad inteligente, ¿eso existe?. Sin embargo, conectar las luces a un Smart plug bastó para apagar y encender mi árbol de Navidad de la manera más cómoda: dejando que Alexa lo haga por mí.
¿Suficiente? No. También programé recientemente a Alexa para obtener un "modo cine" personalizado. Se enciende mi Smart Tv, se apagan todas las luces y la iluminación de la sala de Tv queda al 10%.
¿Todo esto te suena bastante atractivo? Lo es. Sin embargo, para tener un hogar inteligente también es necesario tomar en cuenta los riesgos que se corren. Así es, como con todo lo que se conecta a Internet.
Antes que nada, sé consciente de la cantidad de datos que compartirás con los distintos proveedores de dispositivos IoT: Amazon, Apple, Google, Samsung, Philips...
Tu smartphone funciona como el centro de tu hogar inteligente, ya que ahí harás las configuraciones con las distintas apps de cada dispositivo que ejecutará cada función, incluyendo el Echo Dot (en este caso). Es decir, si tu dispositivo móvil no está protegido, básicamente las puertas de tu hogar están abiertas a terceros.
Paso 1: Preparación previa para tu hogar inteligente.
- Ten contraseñas seguras para tus dispositivos actuales.
- Asegúrate de que tu router cuente con una contraseña fuerte, no la de fábrica, y que sea una red privada.
- Actualiza el software de tus dispositivos.
- Utiliza un software de seguridad como Avast Antivirus.
Paso 2: Instalando los dispositivos IoT.
- Crea sesiones para cada dispositivo con contraseñas diferentes y fuertes para cada cuenta.
- Activa la autenticación en dos factores.
- Revisa los permisos otorgados a los dispositivos. Quizás no sea conveniente permitir que tu Echo Dot (Alexa) realice compras en Amazon a través de indicaciones por voz.
- Recuerda que cualquier persona podría dar comandos a Alexa. Si adquieres una cerradura inteligente, no es recomendable permitir que Alexa abra la puerta.
Paso 3: Mantenimiento.
- Ya sea que actives la actualización automática para cada dispositivo o que tú mismo lo hagas, pero nunca dejes desactualizados software y sistema operativo. Con cada actualización, llegan mejoras de seguridad ante nuevas vulnerabilidades.
- Cambia tus contraseñas constantemente y asegúrate que ninguna ha sido víctima de alguna filtración. Puedes verificarlo aquí.
¿Alguien recuerda el significado de privacidad antes de que Internet tomara por completo nuestras vidas? Yo no. Hoy en día parece imposible mantenernos privados por completo, sin embargo siempre hay algo, mucho, por hacer para mantenernos a salvo de la avalancha de vulnerabilidades que viven en el universo digital.