El fleeceware podría ser la razón por la que la deuda de tu tarjeta de crédito aumenta cada mes.
Si eres como yo, cada pocos días miras tu tarjeta de crédito o las transacciones bancarias en tu móvil y te desplazas para ver si algo inusual te llama la atención. Y la mayoría de las veces no hay nada inusual.
Está la factura por una compra en la tienda de aplicaciones, el cargo por algo que necesitabas del gran minorista en línea, una tarifa de suscripción por las noticias que lees o el servicio de música que usas, una factura de tintorería y una serie de otros cargos bajos que ves regularmente de mes a mes.
Escondido en algún lugar entre esos cargos podría haber un caso de fleeceware. Y hoy veremos el daño financiero que los esfuerzos legítimos (aunque a veces tortuosos) y criminales pueden causar cuando no prestamos atención a los cargos pequeños.
En términos generales, el fleeceware funciona agotando silenciosamente tu cuenta con el tiempo.
Hace unos años, una red criminal robó una gran cantidad de números de tarjetas de crédito y empleó una táctica diferente a su estafa habitual. En lugar de realizar un cargo único de alto valor en una cuenta robada, hicieron cargos mensuales más pequeños que se combinaron con las otras tarifas a las que muchos de nosotros nos hemos acostumbrado... y lo hicieron en varias cuentas.
La estrategia funcionó. Al dispersar el robo a través de pequeños cargos entre muchas tarjetas de crédito a lo largo del tiempo, los estafadores no sólo pasaron desapercibidos para las personas a las que robaron, sino que también subvirtieron las banderas que los bancos y las compañías de tarjetas de crédito levantan para grandes compras con compañías no reconocidas.
Las compañías de tarjetas de crédito se adaptaron y aprendieron a descubrir algunos de estos tipos de fraude, pero los pequeños cargos no reconocidos son algo a lo que tú debes estar atento mientras revisas tus cuentas. Esto se debe a que bastantes delincuentes, o al menos empresas sin escrúpulos, encontraron una manera de emplear esta táctica de una manera que es técnicamente legal.
La mayoría del fleeceware, actualemente proviene directamente de la tienda de aplicaciones de tu teléfono inteligente.
El fleeceware actual no es como el típico malware o virus de los que estamos acostumbrados a oír hablar. Estos no son programas que corromperán tus archivos o robarán tus contraseñas. En cambio, las aplicaciones de fleeceware son, en apariencia, legítimas. Con frecuencia operan con un modelo de suscripción. Atraen a los usuarios con la promesa de pruebas gratuitas, pero ocultan el problema detrás de capas de términos y condiciones: los costos exorbitantes que se activan una vez que expira la prueba.
Lo que hace que el fleeceware sea particularmente engañoso es que estos cargos pueden ser muy altos para aplicaciones que no hacen mucho. Por ejemplo, una de las primeras aplicaciones de fleeceware era una linterna (una función que la mayoría de los teléfonos inteligentes tienen de forma predeterminada). La aplicación ofrecía una prueba gratuita, pero tenía un costo de suscripción oculto de $8 dólares por mes, cargado a la cuenta de gastos de la tienda de aplicaciones, que se activaba después de la primera semana.
A menudo, eliminar la aplicación no detiene los cargos. La aplicación continúa drenando dinero de la cuenta de un usuario hasta que la suscripción, oculta en lo profundo de la configuración, se cancela manualmente.
Hay un número creciente de consumidores digitales que se dejan engañar por estas aplicaciones engañosas. La narrativa es casi siempre la misma: descargar la aplicación debido a una característica o promesa cautivadora, olvidarse del inminente final de la prueba y luego despertar con cargos inesperados mezclados con nuestras facturas mensuales de la tienda de aplicaciones.
Cómo evitar y deshacerse del fleeceware
Hay esperanza. Protegerse del fleeceware puede resumirse en un patrón de comportamiento digital consciente. Comienza con una saludable dosis de escepticismo. Cuando nos enfrentamos a una oferta que parece demasiado buena para ser verdad, a menudo lo es. Prioriza la lectura de los términos de servicio y la política de privacidad de las aplicaciones, especialmente cuando vienen con una prueba gratuita. Estos documentos, aunque largos y a veces llenos de jerga, contienen los detalles clave sobre cómo una aplicación te impactará financieramente.
Además, la comunidad digital es un poderoso aliado. ¡Consulta las opiniones de los usuarios! Pueden ofrecer información sobre la experiencia de los demás. Aunque es tentador pasar directamente a la descarga, dedicar unos minutos a leer las reseñas puede revelar si la aplicación tiene un historial de sobrecarga u otras prácticas dudosas. Del mismo modo, si una aplicación promete algo grande y no hay muchas reseñas, es un buen indicador de que tal vez deberías mantenerte claro.
Si eliminaste una aplicación, pero todavía se te cobra por ella, las tiendas de aplicaciones para dispositivos inteligentes a menudo tienen una opción de administración que te permite eliminar una suscripción en el nivel de servicio. Esto puede ayudarte a evitar tener que reinstalar la aplicación y profundizar en los términos. Para dispositivos Apple, puedes encontrarlo en Configuración > [Tu nombre] > Suscripciones. Para Android, ve a Google Play Store > Menú > Suscripciones.
Ser proactivo con tus finanzas también es un paso importante. Revisar periódicamente las suscripciones a la tienda de aplicaciones, los cargos bancarios y los extractos de tarjetas de crédito te permite detectar y disputar cargos inesperados rápidamente. Es un hábito que no sólo protege contra el fleeceware sino también contra otras formas de fraude financiero.
Por último, considera los servicios de antivirus avanzado y soluciones de prevención de robo de identidad. El panorama digital evoluciona continuamente y surgen nuevas amenazas. Confiar en profesionales que estén a la vanguardia en seguridad digital puede ser el escudo que necesitas.
Nuestras vidas están cada vez más entrelazadas con el ámbito digital y desafíos como el fleeceware persistirán. Sin embargo, con conciencia, precaución y las herramientas adecuadas a nuestra disposición, podemos navegar por este panorama de forma segura. La historia de María sirve como recordatorio para permanecer alerta y priorizar siempre nuestro bienestar digital.